domingo, 21 de junio de 2009

EDUARDO PUELLES

Cada vez son menos, pero aquí va otro más. Otro mártir de la lucha contra la epidemia española que comenzó pasada la mitad del siglo XX y que aún hoy, apenas estrenado el XXI, perdura. Hoy sólo quedan, eso sí, los residuos de aquella ideología que, como cualquier otra, era digna de respeto, pero que, como todo lo que toca el poder, se ha ido corrompiendo hasta quedar en nada de lo que en un principio fué; sedimentándose hasta las orillas de la mafia que acogió esos restos, les modificó la forma y los reinventó aunque bajo el mismo lema. El mismo collar con distinto perro. Poco a poco esos fieles ideales de autodeterminación, de un país Vasco libre del yugo español, se han ido desvaneciendo a la sombra del delito puro y duro, sin más escusa que el enriquecimiento propio, la sed de poder y la violencia gratuita.

Ni Superman, Batman, Spiderman, ni los 4 fantásticos. Héroes son todos y cada uno de los Vascos y las Vascas que cada mañana tienen que levantarse de la cama tratando de compaginar su vida cotidiana con las gilipolleces que, depende del día, se les ocurran a esta panda de delincuentes. Que si autobuses y cajeros quemados, que si extorsiones a empresarios, que si asesinatos. El pueblo Vasco principalmente, y el pueblo Español por alusiones, no se merecen padecer este cáncer que les arranca partes importantísimas de su estructura, como hace unos días ocurrió con el Héroe EDUARDO PUELLES. ¿Qué necesidad había de esto? ¿Que se pretede conseguir sino el disfrute propio del asesinato? Y en todo esto aparece una mujer, la esposa de EDUARDO, con más cojones que Dios. Otra Superheroína. Hecha de acero. Una mujer que en lo más doloroso del momento, les dice a los cobardes delinquentuchos esos que le han arrancado una de las piezas más importantes de su vida, que si quieren ver lágrimas pongan una telenovela, que ella no les va a dar el gusto de que la vean llorar. Eso es tener dos cojones. También el hermano de Eduardo aclara con muy buen criterio que su hermano no es una vícima sino un Héroe o Gudari. Esa es la perspectiva que nos faltaba, siempre hemos mirado a los asesinados o reprimidos por esa organización mafiosa como víctimas, cuando lo que en realidad son es Héroes. Aún tenemos todos en la mente, como si fuera ayer, a Miguel Ángel Blanco.

Hoy, como cada vez que ocurre una tragedia de estas sin sentido, me siento y soy más Vasco que aquellos que nacieron allí y no dejan de agredir y mutilar a su propio pueblo. Todos los españoles somos y seremos más Vascos que ellos. Espero que el aliento de esperanza que albergamos les llegue a todas estas familias rotas por la ignorancia de cuatro pistoleros malcriados, y que hoy, la familia de EDUARDO PUELLES, se sienta abrazada por todos los que, desde fuera, sufrimos no como ella, pero si con ella.

Un fuerte abrazo.

viernes, 12 de junio de 2009

El Tema de Moda

Esta tarde leo esto en el siguiente blog:

http://rosamariaartal.wordpress.com/2009/06/11/lo-que-pagan-94-millones-de-euros/

"94 millones de euros es lo que se va a gastar el Real Madrid de Florentino Pérez, en tiempos de crisis, para pagar el traspaso de un jugador de 24 años, Cristiano Ronaldo, desde el Manchester United. Cierto que es a base de créditos bancarios que han de ser devueltos, en esas marañas opacas que no producen beneficios tangibles a simple vista. Y que esos mismos bancos registren el crédito a particulares y pequeñas y medianas empresas

¿No os parece obsceno?"

Entonces me pongo a recordar temas acerca de cómo éramos cuando éramos ricos; y, la verdad, me dan escalofríos.En qué pequeñez se convierte el hecho de que una persona tenga que dedicar más del 70% de su sueldo a pagar una hipoteca. O que mi vecina y su marido, con tres hijos, puedan acabar deshauciados porque ambos se han quedado sin empleo y están agotando los pocos recursos que les quedan. O que las entidades bancarias jugaran a ser Dios en un tablero que nos tenía como peones ante Kasparov. Quizá que nadie se haya percatado de que todo esto pudiera ocurrir, tambien eso puede parecer una pequeñez.

En estos dias se ha escuchado mucho la frase "los bancos van a cerrar el grifo", como de hecho, han hecho (perdón por esta rimbombancia malsonante, pero es que venía a huevo). Ahora mi negocio con el que sustento a mi familia se queda sin beber porque los bancos "han cerrado el grifo", pero no hay problema, me sacia el que lo hayan abierto para regocigar a todas las personas amantes del deporte rey. Si, eso me sacia. Es más, si tengo que vender mi casa para aportar algo, lo haré. ¡Oh, no!, jeje, se me olvidaba, si ya no tengo casa que me la han embargao los mismos señores que me "han cerrao el grifo" y "se lo han abierto al otro".

¡¡Madre Mía!! Si es que se me ponen los pelos de punta sólo de pensar: en manos de quien estamos.

lunes, 1 de junio de 2009

El Sábado Estuve de Boda

Llevaba varias semanas con los preparativos mi colega Perea, y es que las bodas tienen eso, que no puedes dejar nada en el aire porque al ser como somos, todos queremos quedar contentos. No existen trasfondos para nosotros, lo único que nos importa es que todo esté perfecto y muy poco lo hace aquello que hay detrás, entre bastidores. Es que somos egoístas, no podemos evitarlo. Si invito a aquél, ese se me ofende, si no lo hago también.


(Tengo que parar porque está pasando por debajo de mi ventana un deficiente mental, con perdón de los deficientes mentales, con la música del coche a tal volumen que me está vibrando la mesa donde tengo el ordenador y no me deja concentrarme en la escritura; ya hablaré de estos tipejos en otro momento, por eso hago este inciso, para que no se me olvide).


Perdón por la interrupción. Sigo.


Pero aquello era diferente: otro lugar, otras personas y, por supuesto, otros contrayentes. Llegamos al templo, una humilde, pero llena de historia, iglesia de barrio con su coro, su cura y su curilla, justo a tiempo de dar comienzo la ceremonia. En principio todo solemne, y lo fué, pero con esa solemnidad de las personas humildes, la buena, la que vale; donde la improvisación y el instinto fraternal adquieren un gran protagonismo y sin embargo todo sucedió según el guión, de forma espontánea. El encanto de aquél templo en esa mañana era precisamente la ausencia de la pompa y las caras regias. Estábamos en la "Casa de Dios".


Y no es que uno tenga muchas dudas en cuanto a la grandeza del Altísimo, no tengo ninguna de hecho, lo que sí me sorprendió aquella mañana en aquél humilde templo era que el Altísimo hubiese dejado entrar, y además casarse, a alguien que, humano, parece más Grande que Él.


Después vino el arroz, por supuesto, y yo como buen cabronazo que soy no podía perder la oportunidad de saciar mi puntería con los diminutos granos. Otro gesto de humildad y saber estar: charlaba con personas que no conocía de nada o de muy poco, pero no era el momento de pensar en ello porque teníamos cosas que decirnos y puñados de arroz que lanzar. Más adelante el banquete, las risas y el baile. Todo en su línea. Llegado el momento me sacudí la verguenza y con mi colega Blankito nos pusimos a "deleitar", al cante él y yo al toque, a los presentes con una sevillana de la que participaron todos, o eso me pareció a mí. Baile, jaleo, en definitiva se produjo un hermanamiento entre casi todos los presentes que fue memorable y que nos hará recordar aquel día, no como la boda del Perea, sino como el fiestón que nos pegamos en la boda del Perea.


Es justo entonces que a modo de homenaje, muestre una instantánea con quien, de compañero de trabajo, he pasado a ser nada menos que amigo.