jueves, 7 de mayo de 2009

Mi Segunda Entrada

Aunque soy ferviente enemigo de la publicidad, he de reconocer que la frase que abandera la marca "aquarius" y que dice: "El Ser Humano Es Extraordinario", me ha calado hondo. La soledad, el apartamiento de la familia, la lejanía..., conceptos que, según en que casos, pueden aportar argumentos varios para una novelilla de amoríos dramáticos, a veces escuecen un poco cuando abandonan ese mundillo de fantasía para darse un garbeo por la crítica realidad e instalarse en la vida de uno.

Resignado a mi lejana vida, escribí mi primera entrada en este blog explicando la situación en que me encontraba. A ratos, momentos meláncolicos eclipsaban mi concentración, pero siempre dirigía la mirada al frente, como esperando que alguien llamara al móvil para decirme que volvía. Esa era mi esperanza. Otras veces me dedicaba a pasear por el espacio, a pensar en lo poco que somos en la inmensidad de la nada; en que la grandeza del universo no es tal por su magnitud, sino porque nosotros tenemos la capacidad de saber que lo es.

Pues hasta allí me iba. Al Universo.

Y ayer recibo, ya casi resignado de nuevo a la lejanía, la llamada que llevaba tanto tiempo esperando. La llamada al móvil que me decía que, por fin, iba a volver. Y aquí me encuentro, poco tiempo después de escribir mi primera entrada, escribiendo otra segunda en la que quiero idolatrar al ser humano. Es cierto, es extraordinario. Es capaz de ver sol bajo una intensa borrasca y encima conseguir que luzca.

1 comentario:

  1. Las realidades de mayor sequedad vital son las que duelen por su peso. Como la lejanía de nuestra gente. Y es que pocas experiencias son tan pedagógicas como la distancia. Pero ocurre que, en ocasiones, es necesario que nos alejemos para reinventarnos, y definir no sin temor , una nueva historia que termine con un mejor yo como protagonista. No te he conocido antes, pero tampoco hace falta para saber que, en el último año, has acumulado un equipaje emocional de incalculable valor que no vas a olvidar en la vida.
    Así que te vas. Y haces bien. Porque para eso viniste. Para irte mejor. Aunque a tu gente de Málaga nos joda profundamente perderte como compañero.

    Enhorabuena Mulder.

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