Sigo en Sevilla. No me va mal, pero es una estancia que sabe a despedida. Estoy lejos de casa, sin embargo, mañana regreso para volver a irme. Volveré a ver a mis compañeros, a mi "Gente de Málaga" y volveré a despedirme, aunque esta vez no será como cada fin de semana, esta vez será diferente. Esta vez haré las maletas, no las dejaré allí. Lo que dejaré allí será, probablemente, a las mejores personas que a quien competa, haya cruzado en mi camino; dejaré a personas que hicieron de mi estancia en Málaga, la mejor de las experiencias. Convirtieron mi vida en un hogar y me adoptaron como a un niño mimado entre algodones. Me pregunto si habrá alguien a quien no le guste que le traten así. Pues eso es lo que dejo, que no es poco.
Compañeros, amigos, os debo una disculpa, pero sé que sabréis entender que la vida conduce nuestros pasos a su antojo, con sus propias reglas; y hay que cumplirlas. Rafica, Me has hecho vuestro con esta frase: "a tu gente de Málaga", y me he sentido afortunado de saber que otra "familia" me recuerda en Málaga como yo a ellos en Almería.
Así que llorar no es de niñas, que quede claro.
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