Divino tu perfil se deslizaba,
brisas de fuego y de calor corrían
y por toda la sala se expandían
las llamas que tu cuerpo derramaba;
La sala ardía y la pasión flotaba,
las paredes del harén se derretían,
volcanes todo aquello consumían
y todo cayó al fuego que pasaba.
Tal el incendio fué, tan grande era,
que ni un alúd las llamas apagara
y un chiste lo de Troya pareciera;
más viendo aquellas llamas yo pensara
que si otra vez el Fénix resurgiera
otra vez en las mismas se quemara.
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