martes, 7 de julio de 2009

Oda al Tabaco

Veinte os hacéis compañía
en cárcel plastificada
y, de papel, acolchada
con algo de maestría.

Tan pronto que sois comprados
de vuestra celda sin llave,
uno a uno, ya sabe
que vaís siendo liberados;

quien os libera os da besos,
- ¿y cómo se lo pagáis,
puesto que cárcel les dais
y de vosotros son presos? -

Empezáis siendo varones,
(cumplidos los menesteres)
termináis siendo mujeres
debajo de los sillones

de alguna cafetería,
o en esas cuencas de barro
que, como rueda de carro,
pues vuestra tumba sería.

Yo desde la gran altura,
cuando os veo pisoteados...
¡quedais a ser maltratados!
¡Sólo para ser basura!

...Y cuanto más bajo estéis,
más tiempo quedo pensando
que, como tan bajo estando,
tan grande poder tenéis.

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